6.1.2 Las Declaraciones
Son otro acto lingüístico, pero las declaraciones a diferencia de las afirmaciones no hablan de hechos, éstas nos abren nuevas posibilidades, este tipo de acto lingüístico, crea nuevos mundos. Con ello queremos decir que las palabras generan una realidad diferente, porque después de haber dicho lo que se dijo, el mundo ya no es el mismo.
Esta es una de las razones porque el habla no es inocente, siempre esta generando algo nuevo, y en el caso de las declaraciones permite abrir nuevas puertas, generar nuevas posibilidades, por lo tanto el lenguaje es generativo.
La acción de hacer una declaración genera una nueva realidad, para quien la expresa, como para quien la escuchan. Pero solo generamos un mundo a través de nuestras declaraciones si tenemos la capacidad de hacerlas cumplir.
Las declaraciones no son como las afirmaciones verdaderas o falsas. Estas son válidas o inválidas, y esto depende del poder de la persona que las hace. Esta es una distinción fundamental cuando nos ocupamos de las declaraciones. Una declaración lleva consigo un compromiso diferente al de las afirmaciones. Cuando hacemos una declaración, algo nos compromete a actuar consistentemente con la nueva realidad que hemos declarado.
Por ejemplo:
La declaración del “No”
Esta palabra es una de las que más trabajo le cuesta expresar a una persona, sin embargo, es una de las declaraciones mas importantes que alguien pude hacer, gracias a que, a través de ella, se encuentra la libertad y la autonomía como persona, así como su legitimidad. De ahí que, con esta declaración, el individuo compromete su dignidad.
Cada vez que consideremos que debemos decir “No” y no lo digamos, veremos nuestra dignidad comprometida. Cada vez que digamos “No”, y ello sea pasado por alto, consideraremos que no fuimos respetados.
Esta es una declaración que define el respeto que nos tenemos a nosotros mismos y que nos tendrán los demás. Es una declaración que juega un papel decisivo en todas nuestras relaciones.
La declaración del “Sí”
El modo o estado en el que todos asumen que vivimos, ya que mientras no digamos que NO, se entiende que estaremos dispuestos a adquirir un compromiso. La declaración de Sí, se refiere al compromiso que asumimos cuando decimos “Acepto”. Cuando ello sucede ponemos en juego el valor y respeto de nuestra palabra.
La declaración del “no sé”
Pareciera que decir “NO SÉ” fuese una declaración sin mayor trascendencia. Alguien podría incluso argumentar que no se trata de una declaración, sino de una afirmación, sin embargo la dejaremos en el estatus de declaración.
La experiencia de la vida nos muestra las veces que expresamos lo mucho que sabemos, para luego descubrir cuán ignorantes realmente somos. Uno de los problemas que frecuentemente se presentan en el proceso de aprendizaje, es que no sabemos que no sabemos. Y cuando ello sucede, simplemente cerramos toda posibilidad al aprendizaje, sin embargo el simple hecho de reconocer nuestra ignorancia, nos abre la posibilidad de aprender cosas nuevas.
Declarar “NO SÉ” es el primer eslabón del proceso de aprendizaje. lo que permite a las personas crear un espacio en el que les será posible expandir sus posibilidades de acción en cualquier aspecto de sus vidas. Nuestra capacidad de abrirnos al aprendizaje por medio de esta declaración, representa una de las fuerzas motrices más poderosas en el proceso de transformación personal y de creación de quienes somos.
Las declaraciones representan el acto lingüístico primario por excelencia. Cabría decir que crean las condiciones para el nacimiento de los demás actos lingüísticos. Sin que ello implique negar la distinción que hemos efectuado entre afirmaciones y declaraciones, cabe reconocer que, para que tengamos afirmaciones, requerimos de un espacio declarativo en el cual ellas se constituyen.
De ahí que, para reconstruir nuestros estados emocionales deben de examinar qué tipo de afirmaciones o declaraciones hemos hecho, que nos ha llevado a esos estados emocionales.