Ejercicio 3. Proyectando mi visión personal

Toda visión es una proyección, es un ejercicio mental y espiritual de reafirmación y compromiso con el cambio soñado, es un conjunto de enunciados e ideales libremente esbozados.

La visión es un conjunto de objetivos trascendentes de permanente inspiración, es una creación personal que pone a prueba el grado de conocimiento que tenemos respecto a nuestras aspiraciones y el nivel de retos y desafíos que estamos dispuestos a asumir.

El enunciado de la visión es libre, a algunos les puede bastar una frase, a otros un párrafo, a otros una composición. La visión puede modificarse en algunos aspectos al paso del tiempo, pero en general debe mantener su esencia. A través de nuestra visión liberamos toda la imaginación, deseos, sueños e ideales superiores que quisiéramos lograr en el futuro deseado, en condiciones perfectas y en términos ideales. Es importante vivir por un sueño; es trascendente, ser capaz de morir por él.

Los ideales son postulados que pueden cambiar la realidad a través de acciones recurrentes y consistentes. No afirmarnos que el solo ideal cambie las cosas, pero sí que aquella encierra una intención, una voluntad, un deseo, que son el comienzo por donde pasaron todas las grandes obras, hechos, ejemplos, gestas en la historia de la humanidad.

Tener una visión positiva del futuro, orientará todo nuestro accionar hacia el logro, inspirará permanentemente nuestra vida y nos dará el valioso sentido de trascendencia propio de vidas superiores.

Vive en función de tus sueños y lucha día a día por hacerlos realidad, la visión personal es el norte de tu plan de vida. Definido tu sueño es fundamental pasar a la acción.