Tema 1. El inventario de mis habilidades

Años atrás era común que todo estudiante creyera, y no sin razón, que todo lo que necesitaba para trabajar sería provisto por la universidad o alguna escuela técnica, y que, con estudiar al máximo y obtener buenos promedios en sus notas, el éxito estaría prácticamente a la vuelta de la esquina.

Sin embargo, el mundo profesional cambió y actualmente está demandando una nueva categoría de competencias y recursos que raramente se imparten en la educación formal. Se trata de las habilidades blandas, que se definen como aquellas competencias vinculadas con la capacidad del profesional para relacionarse con otros, comunicar, compartir información, liderar o conducir, motivar, escuchar y empatizar, trabajar colaborativamente y en red, y para influir en los demás.

El conocimiento técnico está siempre disponible y cambia vertiginosamente. En cambio, las habilidades interpersonales son eternas, pero muy difíciles de adquirir, y eso las hace muy codiciadas en las organizaciones.

“Dificilmente, una persona pueda lograr un gran desarrollo profesional, sin contar con habilidades blandas” Pablo Heinig, profesor de Esade Business School en Buenos Aires.

Precisamente las habilidades blandas son competencias valiosas porque ayudan a los profesionales a moverse en la incertidumbre y crear, ante cada nuevo acontecimiento, un repertorio de acciones que acortan la brecha entre los deseos y los resultados que obtienen.

“La clave de las habilidades blandas nos permiten crear nuestras propias respuestas, ante situaciones que no están en el manual”

Luego de muchas investigaciones se ha determina que, los ejecutivos en una compañía rara vez fracasan porque no saben una fórmula o fallan en un cálculo financiero, sino porque simplemente no saben delegar, compartir información, motivar a sus equipos, influir o persuadir a sus pares.

Todas estas cuestiones vinculadas a la personalidad y que no se enseñan en una universidad.

En los últimos años, las habilidades blandas han tomado una mayor vigencia, debido a la creciente tendencia de las empresas al trabajo interdisciplinario y sinérgico entre áreas. También están adquiriendo importancia porque se las identifica como el factor que determina aquello que se hace con las habilidades duras.

Aunque para las personas con perfiles muy técnicos las habilidades blandas sean insignificantes, equiparables a ser simpático o tener tema de conversación en una fiesta, contar con ellas es vital a medida que se avanza en la carrera y en la vida.

“Cuando una persona empieza a trabajar es, principalmente, un productor individual y en esa instancia las habilidades duras son esenciales, pero a medida que empieza interactuar con otros y colaborar o gestionar el trabajo de pares o subordinados, las blandas se hacen esenciales”

Florencia Alippe, Gerente de Desarrollo y Comunicaciones Internas de Ernst & Young.